Mi primer biberon
Europa Edizioni srl
Roma, 2022; br., pp. 142, cm 12x24.
(Chronos. Autobiografie di Cittadini).
collana: Chronos. Autobiografie di Cittadini
EAN13: 9791220129398
Soggetto: Società e Tradizioni
Testo in:
Peso: 0.65 kg
"Tuvieron que pasar veinte años, cuatro entierros, dos matrimonios y varios pasaportes completados para que pueda hoy sentarme y contar esta historia; he debido reconstruirme varias veces e incluso coserme el alma hecha jirones". Esta es la reflexión de la señorita Zambrano cuando comienza a repasar su vida. Se descubre atravesada por cicatrices y con amplia sonrisa ilumina cada rincón de su existencia. Ella, la que creció etiquetada como niña desobediente. Nacida en un pueblo de montaña al interior de un grupo religioso intransigente, fue adoctrinada y privada de la socialización más elemental. Nada de fiestas de cumpleaños ni Navidades, resignarse y orar. Aún no había entrado en la adolescencia cuando comenzó a padecer abusos físicos y psicológicos de todo tipo. La señorita Zambrano parecía estar condenada a la oscuridad intelectual solo por haber nacido en un cierto momento y en un cierto lugar, sin embargo, conjuró lo que se presentaba como destino ineludible y vivió experiencias extraordinarias. Con una valija marrón, agobiada de incertezas y terrores, subió a un autobús y se marchó del pueblo. Tenía apenas 15 años cuando decidió dar la espalda a cómplices y abusadores y partió hacia el mar para erigir su libertad. La ingenuidad propia de una adolescente que se siente grande la expuso a peligros inimaginables. Sin embargo, llevaba en sus manos la brújula que había pertenecido a la persona que marcó a fuego su existencia. El relato contiene una receta que se trasmite de generación en generación. La señorita Zambrano se la aprendió de memoria. Cada cual puede cambiar algún ingrediente según lo que desee obtener. Los lectores descubrirán capítulo a capítulo los que de ninguna manera pueden faltar. La señorita Zambrano los experimentó todos con mayor o menor suerte. Una niña grande, una mujer niña. La señorita Zambrano, después de cada dramática caída, aprendió a aferrar las manos que la ayudaron a ponerse de pie. Su espíritu curioso y una predisposición mental abierta a la vida la llevaron a protagonizar las historias asombrosas que regala esta historia.